Entre las personas normales y las que se hacen llamar locos, entre locos vivimos, hasta que terminamos siendo normales por dejarse arrastrar por lo loco.
A raíz de mi sometimiento por mis padres, Renzo siempre fue mi desahogo, al punto de estar con su novia y él al mismo tiempo; me encantó hacerle el oral a ella, sentir sus senos y a los dos consintiéndome, pero esa es otra historia, y muy larga, porque Laura y yo decidimos irnos a vivir juntas, dejar a Renzo y compartir la vida sexual con muchas chicas Swingers.
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N° 156 EL LITERATO N° 156
La verdad está en las palabras
-------- Especial Swingers -------------
N° 156 EL LITERATO N° 156
La verdad está en las palabras
La verdad está en las palabras
SECCIONES DE ESTA SEMANA
- Vernissage
- Al Escalpelo ........................ Historia Swingers
- Entre nos …………................. Delirio de pies
- Entre nos ............................ La historia de Paty
- Sin Detracción …….............. ¿Y qué del cine?
- Ágape Confraternal
- Vuelco de Broza ................ Más que SW
- Exeat
- Reflexión de la semana
- … Y como dirían en mi aldehuela
VERNISSAGE
El mundo cambia progresivamente hacia la perdición, diría alguien que se quedó en los años cincuenta, mientras los que viven de la actualidad gozan exquisitamente. El mundo Swingers es una pasión, es una esencia, un universo que es difícil de explicar, pero fácil de entender para quienes viven en ese maravilloso universo. Parejas, mujeres solas, lesbianas y bisexuales no se reprimen de nada, pues, ¡son lo que son y punto! Para nadie es un secreto que hoy en día existen personas así, como la definen, creyendo que es una perversión total. Hoy les dedico éste semanario a más de 1.500 lectores que me siguen (SW), bajo las letras de un escritor, pero como otro Swingers más, un escritor que por una investigación de campo lo llevó a conocer ese mundo, y que hoy respeta en toda plenitud. Gracias por sus historias contadas, por sus imágenes y vídeos sin detracción; gracias a parejas fieles que comparten intercambios y tríos con chicas; gracias a mis amigas lesbianas por contarme su vida; gracias por brindarle confianza a El Escalpelo y permitirme ser parte de su mundo, aunque fuere sólo por la escritura, y como administrador Swingers. Siempre contarán conmigo, jamás les daré la espalda. Comprendo su universo perfectamente, y, aunque me tilden como me tilden la mayoría de mis lectores, y me llamen como me llamen, no me reprimo de nada, pues, sincero soy hasta los tuétanos, sin cernejas en la sin hueso, así que éste especial Swingers les dedico, comprometiéndome a escribir las historias que me han llegado al correo, o contado vía MSN. Sigan viviendo felices, sigan compartiendo sexualmente como lo hacen, de forma seria y respetuosa, que, por muchos dimes y diretes que diga la gente, nadie podrá bajarlos del pedestal donde se encuentran, porque, sencillamente, la envidia carcome, llena de ira a terceros, mientras se hace caso omiso y se disfruta a plenitud, siempre, como fieles amigos, los que no se encuentran hoy en día. Es así, y siempre será así. Se decide vivir una vida alegre, sin tabúes, y, nadie puede recriminarlos, nadie puede reprocharlos, pues, si no conocen el mundo SW, no pueden opinar ni criticar, no pueden decir ni una sola palabra, porque la mayoría son infelices con su vida, mientras parejas y personas Swingers brincan en una pata. Glogló… ¡voló! ¡Mermó! ¡Murió!
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La mayoría de las personas critican sin saber,
especulan del mundo como si lo supieran todo.
Conoce primero, critica después.
Afróntate a la vida, no seas santurrona, otra vez.
¡Despiértate!
El universo cambió, aún mas en relaciones de pareja,
la fidelidad no está en engañar a tu pareja,
¡es cuestión de entendimiento y comunicación!
Así que libera tus fantasías, no te reprimas,
vive junto a tu pareja los más recónditos sentidos.
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(°-°) AL ESCALPELO(°-°)
Historia Swingers
Patricia Alejandra Marcano siempre fue una mujer fogosa, de esas féminas que le gustaba inventar en cuanto a sexo se refería, una vez que su primer novio le hiciera perder la virginidad. Al principio, todo le parecía vergonzoso, y eso que sólo se enfocaba en echarse en la cama, esperar que su novio la besara, la tocara, se deleitara de sus senos, y, sin mucho tiempo pre-orgásmico, sentir el pene de su novio dentro de su vagina. El sexo fue avanzando a medida del tiempo, pues, era una relación seria, de pasear por centro comerciales, ir a la playa, pasar los fines con la familia, y, en un tiempo de la semana, ir a un hotel de entrada y salida. Lo máximo que llegó a tener con su primer novio fue el oral, recibiendo mucho placer, y, ella, inexperta, teniéndole cierta repulsión al pene, mas, fue acostumbrándose al órgano de su novio, en relación de un año y medio.
Patricia tuvo un tiempo sola, decepcionada de los hombres, ya que su novio la dejó, por una amiga en común, y, ella, triste, prefirió enfocarse en los estudios y tratar de olvidarlo. Un día, como otro cualquiera en la universidad, conoció a un profesor (sólo le llevaba cinco años), muy agradable, serio, y, particularmente, muy rumbero, pero en el sentido respetuoso que cualquier mujer desearía. Acudía a las fiestas con los estudiantes, bailaba, tomaba, y terminaba llevando a varios estudiantes a sus respectivas casas. Ese día, cuando conoció a Phil, supo que iba a estar con él, sin embargo, no se atrevía a decirle nada, a insinuarle nada, ya que la situación se hacía difícil, aún más por la actitud que siempre tuvo su profesor ante los estudiantes. En una noche de fiesta, viernes 13 (jamás lo olvidará), Phil quedó en llevarla hasta su casa, luego de salir del local de la universidad, a la 1 a .m., sin contar que sería la última persona que llevaría, también estaban sus compañeras Alicia, María Alejandra y Sofía. La madrugada se prestaba para todo, pensó Patricia, quizás por el licor ingerido, la alegría de su profesor y las ganas que tenía de darle un beso, beso prohibido, como si fuera un pecado, ¿por qué? Se preguntaba, se daba golpes de pecho… Patricia no aguantó… Le dijo a su profesor que se detuviera un momento, y, en un momento alocado, tomó la mano derecha de Phil y la llevó a su pecho, para que sintiera su corazón, el que se agitaba cada vez más, una vez ella dejara sus manos sobre la de Phil. Patricia sólo dijo: “no pienses mal, pero tú me gustas desde el día que entraste al salón”.
Phil no dijo nada, tampoco quitó su mano del gran busto de Patricia, sólo le dijo que él respetaba a las mujeres, y, no por ser docente, tampoco por ética a su profesión, porque, simplemente, dar clases era parte de su hobbies. Phil sólo le dijo: “yo no soy para ti ni tú eres para mí, porque no sé nada de ti, y tú mucho menos de mí”. Patricia le preguntó, entusiasmada: “¿entonces quiere decir que yo te gusto?”. Phil apartó su mano, riéndose desahogadamente: “¡eres una chica hermosa! ¡A muchos tienes detrás de ti! Lo que no entiendo es lo que te gusta de mí, y, si es por mi seriedad, mi respeto, en lo personal, no lo soy”. Patricia se sonrió, tomando nuevamente la mano de Phil, diciéndole, con cierta pasión, aunque infantil: “no me importa lo que seas ni lo que seremos, sólo hazme feliz esta noche, sin preguntas ni respuestas”. Phil la vio detenidamente; aquellos ojos verdes lo impulsaban a aceptar, pero, ¿acaso no se iba a aprovechar de aquella chica inocente? 19 años de vida no la hacían una mujer con la capacidad suficiente de pasar una noche y no ilusionarse con su profesor, a la altura del segundo semestre de Comunicación Social. “¿No me vas a decir nada?”, preguntó Patricia, ansiosa, excitada como nunca antes lo creyó, pues, sentía calor entre sus piernas, aquel líquido que sólo había aparecido con caricias y besos deliberados… “Estoy excitada, no me dejes así… ¡Perdóname, yo no soy así”. Phil supo que sus palabras eran verdaderas, que el éxtasis irisaba aún más sus ojos verdes, mas, tenía que ser sincero, sin mentiras, para que su alumna no se ilusionara sentimentalmente con él.
Phil: yo no tengo novia y tampoco la pienso tener. Tengo una pareja Swingers, que es amiga mía.
Patricia: ¿tú eres de esos que se acuesta con…? –Phil la interrumpió, dejando el dedo índice de su mano derecha en los labios finos de Patricia-
Phil: ¡es una forma de ver la vida! No se trata de ser morboso, enfermo ni lo que las personas pueden llegar a pensar cuando alguien dice que es Swingers. Me gusta el sexo, simplemente, y, por ello, tengo a mi pareja Swingers, para hacer tríos e intercambios. Te cuento esto para que sepas lo que soy, y no lo que puedes interpretar por ser un profesor más de universidad.
Patricia: ¡acepto! –estaba tan excitada, que, su mente voló. Se vio besando a otra mujer, como nunca lo pensó- ¡Acepto a estar con ustedes!
Phil: yo no te estoy pidiendo nada, ni te involucraría en ese mundo, tal sólo te estoy diciendo lo que soy.
Patricia: ¡no te juzgo! Eres un hombre respetuoso, y es lo importante. Yo quiero estar contigo, y con ella, ¡no me rechaces!
Phil: no se trata de rechazarte, es que tú no sabes cómo es ese mundo, ¿o acaso eres bisexual?
Patricia: ¡no!
Phil: ¿has querido estar con otra chica?
Patricia: no, nunca.
Phil: ¿y por qué aceptas?
Patricia: quiero sentir cosas nuevas, quiero sacar esto que tengo adentro, que me carcome, que me excita, que me vuelve loca, ¿por eso eres Swingers, verdad? Va más allá de nosotros, y nadie lo entiende, bueno, yo tampoco lo estoy entendiendo, pero es divino, excitante, y quiero desahogarme.
Phil arrancó el carro, sin decir nada, al mismo tiempo que llamaba por teléfono para decirle a su pareja Swingers si estaba ocupada; ella, soñolienta, le dijo que no, sorprendida por la hora, preguntándole qué había pasado… Al principio, su amiga sexual, no aceptó, le parecía muy descabellado, pues, él tenía que respetar su trabajo y no verse involucrado en un escándalo. Phil sólo le dijo: “no podemos olvidarnos de nuestra naturaleza, de lo que somos, por un alrededor que nos latiga y señala como si fuéramos lo peor del mundo”. Phil colgó el teléfono, girando para ver a Patricia, sonreírle, y, con su mano derecha, comenzar a tocarla; pasó sus manos por los labios de Patricia, ella chupándolos, luego tocó sus senos por encima de la camisa, bajando por el abdomen, hasta llegar a su vagina, sinuosa y lentamente, mientras Patricia apretaba los ojos, sin creer lo que era capaz de hacer. Patricia preguntó: “¿estamos lejos?”. Phil, calmado, rozando ya sus dedos por debajo del cierre de su alumna: “no, Paty, estamos muy cerca. Siente cómo te toco, disfrútalo, y, siénteme como nunca, pues, ésta es la vida real, no la nos interpone la sociedad. ¡Sentir el placer es la esencia, ocultar lo que somos es la vaguedad”.
… Continuará.
Una historia basada en la vida real. Gracias por la confianza, Paty.
Su nombre real no es revelado en estas líneas, pero cada párrafo es la esencia de la vida Swingers, la que muchos esconden, las que pocos disfrutan, pero, que, sin duda alguna, va creciendo como la espuma, cuando las personas aprenden a descubrir lo que son, y no esa sarta de mentiras mentecatas vestidas a la moda y desfilando a la cosmética.
Frank Nessi Contreras
Y a quien le arda… lo mandamos, y sin retorno, al ¡hipogeo, hipogeo!
Tabico la erosión.
Frank Nessi Contreras
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(£,£) ENTRE NOS (£,£)
Delirio de pies
Hace algún tiempo me llegó una historia particular, en un especial de fetiche que hice. Hoy vuelo a ese escrito, y, como si lo hubiese vivido yo, lo estampo para ustedes, desde luego, desde mi óptica. (Gracias a Jacobo por compartir su morbo).
Desde mi pequeña ventana, cual morboso, siempre veía los entrenamientos del gimnasio, ¡qué dicha tenerlo siempre a la vista! Cada vez que llegaba del trabajo, agarraba mi taburete, y, con binoculares en mano, me entretenía con aquellos cuerpos, aunque no tan espectaculares, pues, ¡la mayoría iba era a quitarse algunos kilos de más! Un día, jueves, recuerdo, una mujer se sentó en el marco de la ventana, dejando sus pies, algo sucios, bordeando la ventana. Al principio me dio asco, pero cuando fui a tocarme, por la molestia del interior, sentí una erección incontrolada. Pensé en alejarme a la carrera y olvidar aquello, pero algo dentro de mí me obligó a quedarme. Locamente, pensé que olía aquellos pies de uñas pintadas de negro; comencé a olerlos, dentro de mi excitación, sin calibrar mi progresiva degeneración. Saqué toda mi cabeza por la ventana; mi lengua lamió sus dedos, mientras la mujer gritaba, sin saber qué había pasado.
No sé si aquello fue un delirio, o había pasado en la realidad, pero lo cierto es que cuando pasaba por el gimnasio, el olor a pies me torturaba los sentidos, al punto que a cada noche me masturbaba, buscando pies con los binoculares, aunque rara vez sucedía; apenas y aquella mujer se quitaba zapatos y medias para ventilarse un poco… Un viernes por la noche, entre tantos tragos de ron, después de lamer unos pies desde mi ventana, tropecé contra los cubos de mi cuarto, cayéndome estrepitosamente al suelo. El alcohol me nublaba la mente; me sentía como una tortuga y estúpido, llamándome psicópata por olor algo que no existía y saborear algo que quizás no tenía sabor. Cuando me levanté, vi a siete mujeres en mi cuarto, una trancando la puerta, mientras las otras seis me sujetaban y me echaban a la cama con violencia. Apenas y escuché algunas cosas, entre el mareo, el delirio, y la verdad, porque sus manos había sentido.


- ¡Miren al muchachito! Le encanta lamer pies.
- Yo sólo deliraba…
- ¡Morboso! Ya mismo Ingrid va a llamar a la policía para que aprendas lo que es bueno.
- ¡Yo jamás las he tocado!
- ¿No nos has tocado? (dijo la rubia, la más delgada de todas). Ahora sabrás lo que a nosotras nos gusta, o que sufras.
Las airadas mujeres me ataron las manos con unos mecatillos, mientras la más morena me colocaba su pie izquierdo en la cara, ordenándome que se los lamiera. Pensé que lo encontraría agradable, pero me equivoqué; aquel pie sudado olía añejo y su sabor era sencillamente repugnante. Ella insistía más y más, abriéndome incluso la boca con los dedos y metiéndomelos dentro. Cuando acabó con uno, hizo lo mismo con el otro, mientras las otras mujeres la coreaban y reían sarcásticamente.
A todas tuve que lamer sus pies sudados, dedo a dedo, tragándome toda la suciedad que llevaban impregnados. La rubia no dejaba de ofrecer sugerencias, como raspar la planta de sus pies con mis dientes, mientras yo decía: “pero denme algo de beber, por favor”. De pronto, otra de las mujeres, blanca, delgada, de cabello negro, se quitó la licra, el bikini rojo que cargaba, y, colocando su vagina a escasos centímetros de mi boca, empezó a orinarme; cabello, ojos, nariz, y aquel sabor tan particular, logró verse entre todas, una tras otra quitándose lo que tenían puesto, e irse turnando, ¡estaba que ya no aguantaba tanta suciedad! Mas, otra de las chicas, algo gordita, de senos grandes, empezó a desnudarme, y, en un santiamén, dejó su ano en mi boca; pensé lo peor, incluso, que defecaría en mi boca, pero sólo dijo: “lámemelo”. Aquel juego de tortura hizo fue que me excitara, sintiendo a los segundos una de las bocas de las chicas, y a otras besándose, mientras Ingrid me desataba, me pedía que me sentara, y que no dijera ni una sola palabra, que sólo iba a hacer lo que ellas me iban a pedir.
La rubia me pasó la botella de ron, pidiéndome que me echara un buen trago, que diera un buche, y la rociara a rodas por los senos; dicho y hecho, lo hice, como lamer pezón a pezón, estrujar nalgas y hacerles el oral a todas, hasta que Ingid me pidió levantarme. Todas se agacharon, tocándome y chupeteando mi pene, hasta que acabé en aquellas bocas. Las mujeres se rieron de mí, manoseándose entre sí, enviándome para el baño. Una me jaló, me metió a la ducha y masturbándome, logré a erectarme, a eso de veinte minutos después, con todas esas mujeres dentro del baño, entre senos, vaginas y el poco espacio, masturbaba con mis dos manos, otra me colocaba la vagina en la cara, y se iban turnando para que las penetrara. En realidad no supe si alguna llegó al orgasmo, apenas y con el buen movimiento de las manos en la masturbación; gemidos y gemidos escuché, tantos pezones de diversos tipos en mi boca, y labios vaginales de diferentes sabores, ¡y clítoris rojizos, carnes y morenos! Acabé otra vez, pero mientras Ingrid me hacía penetrarla analmente. Volvieron a agarrarme violentamente a la cama, sentándome a golpes.


Me quedé mudo. Se vistieron, me vieron, y la rubia me dijo: “el próximo viernes vamos a venir. Dile a un amigo que te acompañe esa noche, pero que tiene que hacer lo mismo que tú”. Se fueron, sin prisa, mientras yo tomaba la botella de ron y me preguntaba si aquello fue una tortura o el deseo de cualquier hombre. No supe que pensar, al momento, pero una semana después, sin tomar una gota de licor, todo fue disfrute, placer y respeto por el sexo, en todos los sentidos. Aquellos pies siempre lamo, aquellos pies me excitan de lunes a jueves, y el sábado, en la mañana, a las ocho, con aroma de café, suena el timbre, una de las chicas del gimnasio, que se van turnando, para un disfrute sexual individual.
Hoy por hoy las siete chicas, mi mejor amigo y yo, pertenecemos a una página Swingers, y sirven de mi pareja para intercambios u orgías de mujeres, donde participo sólo con la pareja Swingers de turno. Nunca pensé que aquel delirio de ventana, aquel delirio de pies, me hubiese transformado la vida, pero así fue, así será, y hoy sólo sé que es un mundo maravilloso, sin retorno, mágico, un estilo de vida que muy pocos compartirán, pero que se convirtió en mi esencia, en mi vida, pero como cualquier hombre que va para su trabajo, que tiene sus amigos, su familia, su entorno y su personalidad íntegra en respeto.
¿Y tú, qué esperas, envía tu cuento como es, que yo lo ajusto aquí, en El Escalpelo?
Sin vilipendio:
Frank Nessi.
Gracias a Jacobo por describirme su experiencia.
(¡.¡) ENTRE NOS (¡.¡)
La historia de Paty
Luego de promocionar que haría un especial Swingers, me llegó la historia de una de mis lectoras, que, por seguirme a lo cursi, y luego ver la intensidad sexual con la que escribo, se echó al ruedo… He aquí su verdad. (Editada por éste servidor).
Siempre fui una chica tierna, de esas que veían los hombres y no les daba un mal pensamiento. Un buen día leí uno de los escritos de Frank y sus tres videos y terminé duchándome y masturbándome. Lo sentí natural, sin pensar que estaba haciendo algo malo o que era una mujer cachonda, como dirían en España. Por eso decidí desnudarme a través de las líneas y si Frank me lo permite. Yo soy una chica morena delgada, 18 años, de Maracay, y les cuento que desde que vi los videos, ahora me considero caliente. Pero eso sí, no soy de ver videos, sino escribir mis deseos y me mojo mucho. Yo vivo con mis padres y hermanos, mi vida es de la universidad a la casa, sin salir mucho porque mis padres no me dejan. Algo que me sorprendió fue un día que vi a un perro en su apogeo y tuve que ir al baño a masturbarme. Quizás suene aburrida pero lo bueno es cuando me quedé sola un día.
Llamé a mi vecino para que me explicara matemáticas (ingeniero de 32 años), él aceptando de inmediato. Lo dejé en la sala para buscar el libro, pero no sé qué me pasó que me quité todo lo de abajo, dejándome la blusa corta rosada; me senté en el borde de cama con las piernas abiertas y lo llamé; el pantalón deportivo quedó a un costado, mi testigo fiel de mi supuesta primera vez. Renzo entró, lo noté sorprendido, pero se acercó, al momento que me asusté y junté las piernas, doblando las rodillas… Renzo sintió mi vagina con mi lengua; yo apreté las sábanas y cuando fui a ver estaba boca abajo con las piernas separadas. Sentí como su lengua me recorría entera por mi conchita y mi ano. Me giré y con mi mano tomé aquel pedazo de carne roja y jugosa; me tendí suave a su lado; le comencé a pasar la lengua, sintiendo un extraño sabor, por encima de su pantalón, hasta que le quité todo de una forma brusca, viendo un pene por primera vez. Se lo chupaba de arriba abajo, con el calor de mi vagina y me palpitaba. Me entró algo por dentro, una energía, una locura, y me arrodillé en el suelo, apoyada en la pared de atrás de la cama, mientras él se acomodaba, pero no pasó nada, no pudo penetrarme así que me levanté, me recosté del suelo y fue cuando sentí todo su pene dentro de mí tieso y húmedo. Quería gritar de placer, pero tenía mucho miedo, cuando me provocó chuparlo y chuparlo, hasta que acabó y me tragué todo su semen, tan caliente y jugoso, con ese olor fuerte en mi lengua. Después que acabó me masturbé para él, yo sentada en la cama y Renzo arrodillado viéndola. Pasó ese momento fogoso y le dije que se fuera, porque sentí mucha pena.
Otro día me quedé sola. Llamé a Renzo para que fuera. Apenas llegó empezó a besarme y a desnudarme, pero no me excité y le dije que no fuera tan efusivo. Fui al cuarto e hice lo mismo, sólo que en esta ocasión le pedí que me quitara la camisa, el sostén y me chupara los pezones. De pronto me senté en la cama, abrí mis nalgas y le dije que me metiera la lengua y su pene; sentí mucho dolor, pero placer a la vez. Me giró, me montó encima de él y así llegamos a la par al éxtasis. Así fueron pasando los días, cuando en una de esas tantas veces me preguntó con quién fue mi primera vez. Me quedé muda, porque había sido él, sin embargo, nunca sangré… No me creyó, pero poco me importaba porque sólo quería su pene.
Siente la vida, siente tu verdad.
Pespunte y adherido
FNC.
(°.°) SIN DETRACCIÓN (°,°)
¿Y qué del cine?
Entre tantos cuentos que me llegan a mi correo, que corrijo y los estampo en este especial, es preciso que les cuente algo que me pasó. Fue hace mucho tiempo, tenía como 15 ó 16 años de edad, en esas de adolescente que casi uno no se recuerda, pero estuve viendo mis particulares diarios, ¡y pum! Empecé a leer aquello que me sucedió, y que había olvidado en toda su plenitud. Pues bien, en aquel entonces conocí a una chica en el gimnasio, en la época de modelo, ja, ja, ja, o para aquel entonces sólo me proyectaba a ese fin, sumergido en la sifrinería y aquella personalidad petulante, a pesar de escribir por naturaleza.
Llegué a su casa para ir al cine, como todos los viernes. Yessica me abrió la puerta envuelta en una toalla, enmarcando todas las curvas que tenía, y aquellos pies rosados que tanto me excitaban, a unas sandalias blancas. Me senté en el sofá, mientras Yessica se dirigía al baño, entre taquicardia y excitación desenfrenada, ¡y dígame su perfume de piel! Toda una loba sexual. Me batuqueé, incesantemente, para tratar de pasar la lujuria, pero aquellos senos senos marcados por la toalla blanca me llamaban… Me levanté a fumar en la ventana, imaginándome que estaba en otro lugar, ¡a buen remedio! Yessica, al rato, apareció con un vestido negro corto, mostrando sus blancas y níveas piernas, ¡tal cual mi estereotipo! No aguanté y le di un beso suave, de esos fulminantes para la excitación perversa; me abrazó fuerte, tan fuerte que el erotismo apareció; Yessica se aferró a mi espalda, arañándome, al tiempo que mi lengua sentía la humedad de sus labios. Mi brazo más fuerte, el derecho, la elevó con rapidez, para llevarla a la cocina, entre besos incómodos, pero deliciosos, aún más por las lenguas angustiadas de deseo.
Senté a la bella novia que tenía encima de la pequeña mesa, diagonal a la cocina, deslizando mi lengua por su cuello y orejas, mientras ella se quitaba el vestido con rapidez, dejando a mi flor de mirada una perfecta lencería negra, perfecta conjunción a su piel. Besé sus senos, ocultos tras la fina tela, hasta que mis ansiosos dedos se resbalaron desde sus nalgas para apartar el sostén y cayera su gran busto. Empecé a lamer sus pezones finos puntiagudos rosados, haciendo círculos cada vez más pequeños, y succionando lascivamente, logrando arquear su cuerpo, y sentir su lubricación vaginal, la que mi dedo índice ya empezaba a sentir. Descendí lentamente al desierto de su perfume genésico, labios vaginales gruesos y clítoris rojizo, el que ya conocía, pero que tanto deseaba a cada día cuando se colocaba la licra gris y nos veíamos en el gimnasio. Yessica abrió completamente sus piernas, como nunca antes, aún sintiendo su clítoris con la humedad de mi lengua, estimulando su ano con mi dedo índice de la mano derecha, y, a la vez, con la izquierda, acariciarla con la yema de mis dedos sus abductores, acción que la mataba por completo, gimiendo, gritando, pidiéndome más.
Los jadeos de Jessica inundaron mis sentidos, bajo mi boca impregnada de su olor vaginal espléndido, mezcla entre gelatina y sabor de piel sudorosa, ¡qué placer! No aguantó, y me apartó, ensartándome con sus piernas y darme un beso apasionado, desabotonando mi camisa, también el pantalón, y yo terminara el trabajo de la desnudez, y ella hiciera lo que tanto me ha gustado; chupar mis tetillas, degustar mi abdomen, acariciar mis nalgas con sus manos, al mismo tiempo, y usar la boca sólo para acariciar mi pene, con su nariz, ojos, lengua, hasta introducirlo en su boca, sin dejar de acariciar y apretar mis nalgas, desde luego, ya arrodillada en el suelo y yo recostado del horno de la cocina. A Yessica le encantaba lamerme el escroto a varios ritmos, dentro de su boca, ¡el mayo placer que puedo sentir, y en erección total! La aparté al poco tiempo, pues, demasiado excitado estaba, y deseaba penetrarla como nunca antes, y no que bebiera de mi orgasmo, hecho que me enloquecía por sentirla mía. Froté su clítoris con la punta de mi pene, acostados en el suelo, acomodándola para la penetración suave, hasta la mitad, sacarlo, hasta la mitad, y luego embestirla con fuerza por completo y dejar mi pene adentro, y en esta acción sólo sacarlo hasta la mitad. Nuestros cuerpo empezaron a moverse rítmicamente, sujetando mi pene, besándonos deliberadamente, pidiéndole que sacara su lengua para chuparla, y entre el sudor, el arrebato de pasión y hasta tosco, por los arañazos y apretones de senos, llegar al orgasmo al mismo tiempo. Quedamos extendidos en el suelo, separados, viendo el techo, satisfechos por el buen sexo recibido, mas, no quedaba sólo ahí… Yessica se sentó de medio lado y empezó a masturbarme, con el pene desinflado, sintió más placer, pidiéndome que la tocara; lo chupeteó, lamió y absorbió por largo tiempo, hasta que no aguanté, y, en una erección tórrida, muy duro, a decir verdad, le dije que se montara encima, y, mordiendo sus pezones, nuevamente llegamos al orgasmo, sólo que en esta ocasión yo acabé primero, y esperé por ella. Yessica mordió mi cuello, incluso chocamos frente con frente varias veces, por tanto placer junto, y, a la final, otra vez me lamió el pene, quedó al lado de él, sin poder recordar lo que decía de mi dote, sólo puedo cerciorar que era una especie de oración. El placer siempre se fue prolongando entre los dos, a cada salida, a cada viernes por las noches, a cada maletero, a cada azotea, ¡y es que prácticamente parecíamos acures! Lo cierto es que cada vez que acordábamos ir al cine, comer cotufas y ser la pareja ideal, por aquello de ser populares, de buenos cuerpos y el boom de la moda y el sifrineo, terminamos siendo, no más, que dos entes sexuales sin sentimientos, que nunca se amaron, pero que mucho disfrutamos, aún más de nuestros cuerpo, ella porque yo era musculoso, a mí por sus senos y cuerpo perfecto, y juntos, la apariencia en bruto… como bruto el sexo, como bruto el amor en aquel tiempo, mas, ahora me pregunto: “¿cuándo fui realmente feliz, siendo éste escritor comprensivo, flaco y de buenos sentimientos, o el musculoso de gimnasio, sifrino sexualmente atractivo?”. Se los dejo de tarea, mis compañeros escritos.
DEDICADO A MI PASADO, EL QUE NO RECORDABA... PERO COMO DIRÍAN EN MI ALDEHUELA: “BUENO ES ANOTAR LO QUE NO SE VA A RECORDAR; POR LO MENOS LO VIVIRÁS PRESENTE CUANDO LO REVIVAS ENTRE LAS LETRAS”.
Échate pomadita en el ojo, lo tienes rojo.
@FrankNessi
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Ágape confraternal
Gracias a mis lectores Swingers. El sentido de la esencia lo es todo en la vida, y el respeto sumado a la confianza, humildad y seriedad, lo hace todo. Siempre contarán con éste servidor, pues, a muchos se les arruga la cara cuando se habla de intercambios, tríos, lesbianas, bisexuales y afines; a fin de cuentas, mucho se reprimen, pero allá ellos que se engañan a sí mismos o no comparten la misma ideología, ¡se les respeta! Pero eso sí, de lejos si no es compartido, porque para arrugado, el culo, ¡así de duro! Unos disfrutan del punto G, otros sólo para deponer; el punto es que hay que ser uno mismo, sin máscaras; de esa forma todos seremos felices en éste mundo de sobrevivencia. Se les quiere.
… y si te pica, arde o molesta, pues, échate antiséptico… ¡Entiéndete primero, critica después!


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(¬,¬) VUELCO DE BROZA (¬,¬)
Más que SW
Cuando hablamos de personas Swingers, todo el mundo piensa que es una página o un grupo de parejas, mujeres y hombres que hacen encuentros para complacencia sexual. Hay muchas personas que disfrutan sexualmente con muchas personas y no se atreverían a colocar un perfil en una página, simplemente porque lo ven morboso o enfermo, entonces: ¿por qué tachan, si hacen lo mismo? Por ahí una de mis lectoras asiduas me dijo que estaba pasado de sexual, que no pensaba eso de mí, que se decepcionó de mí y otra sarta de estupideces más, ja, ja, ja. Una cosa es que yo sea sentimental, y otra que no tenga pene o no me erecte por ver unos pies que me gusten, ¡es viable! O que me quede viendo un escote ligero, a grandes senos, ¿eso me hace psicópata y pervertido? Somos de carne y hueso, eso sí, yo respeto la vida de los demás, sean unas santurronas en potencia, unos panas Swingers, las santas que rezan por las noches, y las mujercitas que dicen no romper un plato y de la noche a la mañana tienen un embarazo encima y remiendan el capote casándose sin amor, y vivir la vida infeliz, frustrando todas sus metas. Siempre he sido sin cernejas en la sin hueso, y así continuaré, metiéndome coñazos en el amor como ninguno, dándome oportunidades en el amor que no se merecen, sufrir, tomar los viernes por la noche, pararme el sábado levantarme bien tempranito, enratonado y todo, y sonreír, porque tampoco es que voy a sufrir por unas plastas de mierda que dicen una cosa hoy, y mañana otra. Si bien es cierto que las palabras se las lleva el viento, yo soy escritor y no permito que se me olviden, como fue esa historia con Yessica, por ejemplo, que ni siquiera recordaba que existió en mi vida, pero bueno, fui un come mierda, sifrino y petulante, hoy en día he cambiado mucho, pero quizás con los benditos entrenamientos en el gimnasio y toda la sociedad que ahora me envuelve, llegue a ser un poco plástico, sí, lo reconozco, porque no soy de mentiras, no soy un papito bello que habla de amor, soy el amor en concreto, el verdadero, con romanticismo, detalles, fidelidad y pene; soy el hombre que quiere ser feliz, el que lucha por ello, el que ha cometido errores a granel, que ha sido inmaduro, soez, infantil, intenso, ¿y? No soy perfecto, ¿qué importa eso? ¡Guá! Lo cierto es que las personas se enconchan, de un problema hacen un hecatombe, de un inconveniente excusas a granel, y de una oportunidad miles de arrepentimientos. Yo tengo mi alma tranquila; no soy morboso, no soy enfermo, sí soy pendejo por creer en el amor hoy en día, pero seguiré metiéndome latigazos, hasta que encuentre una verdad, hasta que sea feliz con una mujer íntegra, respetable, seria en las cosas, y no sea una mujer que hable pendejadas, que tenga muchos proyectos de vida, que quiera casarse y todo lo demás, y sea otra resbalosa más, o una mujer que piense es con el hueco, ¡porque no sólo los hombres piensan con el pene! Y no soy uno de esos, tampoco despotrico a las mujeres, sólo hablo con la verdad, y, si te arde, pues, échate antiséptico, y desde luego, sin nada que me quede por dentro, a ustedes, los falsos que hacen es hablar pendejadas y prometer lo incumplible, los mando, derechito, al ¡hipogeo, hipogeo! ¡Enderecemos el junco! ¡Y punto!
Frank Nessi.
– EXEAT –
– EXEAT –
Pido orden de salida, no sin antes decir:
No te reprimas los deseos,
pero no lo hagas a escondidas,
sé única, afronta lo que eres,
porque de resto, serás, tan sólo, una sobrecogida.
@FrankNessi
REFLEXIÓN DE LA SEMANA
¡Desnúdate de alma, el cuerpo es lo de menos! Eso es pura ropa, moda y gamelote. Habla desnuda, conversa desnuda, que el respeto es lo fundamental.
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COLOFÓN:
REALIZADO EL 14 de octubre DE 2009.
Original de: Frank Nessi Contreras.
… y como dirían en mi aldehuela:
“Mañana es otro día”

(Si hoy sufres por alguien que no vale la pena, olvida, o ve otro horizonte, a otras nuevas personas, que si te quedas pegado a esa farsa y masoquismo, mínimo, terminarás en un manicomio o amargado toda la vida, sin ver las tonalidades de colores que la vida te brinda).
HASTA LA PRÓXIMA LECTORES
Y recuerda opinar lo que quieras
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